Les subo unos cuentos que escribi cuando era muuy chico... y no se porque me gustaron cuando lo hice... de hecho estaba muuy mal redactado y con pesima ortografia..además es demasiado absurdo...
pa que los hojeen y se entretengan... enjoy...
Golpe diario
Esa tarde, el sol había olvidado su extraña costumbre de golpear en la cara a cuanto perico apareciera bajo su sombra, y yo que por costumbre siempre seguí el dicho que dice "de quien buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija", trate de cobijarme bajo el sol, que pareciera ser uno de los mejores árboles que pisan la tierra, pero me encontré con la ingrata sorpresa de que no seria golpeado esta vez.
¡Que día más fúnebre! ¡Que será de mi sin un golpe!, por lo que rápidamente intente cruzarme a los buses, esos hecho de vacío y coloidal cartón que fue usado por los húngaros en la guerra del pacifico contra las legiones alemanas, (aunque no lo creas Alemania lucho por su virreinato en contra del virreinato de los mormones). Pero a pesar de mi incesante intento por ser atropellado, los buses me fueron sacados del camino por los húngaros, que trataron de no dañarlos por respeto a los caídos en la ya mencionada batalla. ¡Malditos húngaros! nunca me cayeron bien, siempre fueron para mi una peste, sus caras aplanadas, ¡sus ojos con forma de orejas!, prefiero que me abduzcan los marcianos que tener un hijo húngaro, siempre lo preferiré. En el momento en que el mayor de ellos, el húngaro más viejo intento sermonearme por mi actitud poco ética, jure y juro también ahora que no traeré a ningún húngaro a este mundo.
Y con el pensamiento de que no tenia otra alternativa que tentar al destino, me dirigí hacia la antigua tienda de artimañas, que también funciona como microondas, y compre un raspe con mi corazón esperando recibir un golpe de suerte, lo que realmente tampoco llego.
Cuando llegue a mi casa, sintiéndome completamente embaucado y gritando improperios contra los húngaros y contra los vendedores de raspes, mi mujer, aquella preciosa y a la vez muda belleza, me recibió de golpes por no haber recordado que aquel nefasto día era nuestro aniversario.
pa que los hojeen y se entretengan... enjoy...
Golpe diario
Esa tarde, el sol había olvidado su extraña costumbre de golpear en la cara a cuanto perico apareciera bajo su sombra, y yo que por costumbre siempre seguí el dicho que dice "de quien buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija", trate de cobijarme bajo el sol, que pareciera ser uno de los mejores árboles que pisan la tierra, pero me encontré con la ingrata sorpresa de que no seria golpeado esta vez.
¡Que día más fúnebre! ¡Que será de mi sin un golpe!, por lo que rápidamente intente cruzarme a los buses, esos hecho de vacío y coloidal cartón que fue usado por los húngaros en la guerra del pacifico contra las legiones alemanas, (aunque no lo creas Alemania lucho por su virreinato en contra del virreinato de los mormones). Pero a pesar de mi incesante intento por ser atropellado, los buses me fueron sacados del camino por los húngaros, que trataron de no dañarlos por respeto a los caídos en la ya mencionada batalla. ¡Malditos húngaros! nunca me cayeron bien, siempre fueron para mi una peste, sus caras aplanadas, ¡sus ojos con forma de orejas!, prefiero que me abduzcan los marcianos que tener un hijo húngaro, siempre lo preferiré. En el momento en que el mayor de ellos, el húngaro más viejo intento sermonearme por mi actitud poco ética, jure y juro también ahora que no traeré a ningún húngaro a este mundo.
Y con el pensamiento de que no tenia otra alternativa que tentar al destino, me dirigí hacia la antigua tienda de artimañas, que también funciona como microondas, y compre un raspe con mi corazón esperando recibir un golpe de suerte, lo que realmente tampoco llego.
Cuando llegue a mi casa, sintiéndome completamente embaucado y gritando improperios contra los húngaros y contra los vendedores de raspes, mi mujer, aquella preciosa y a la vez muda belleza, me recibió de golpes por no haber recordado que aquel nefasto día era nuestro aniversario.
Ama de llaves
- estoy segura que no me podrás dejar
- te apuesto mi vida a que tu dejarás de ser la mía - le respondí desafiantemente sin darme cuenta en el grave lío en que estaba metiéndome, ya que siempre estuve seguro de que sus nebrulas y autóctonas pestañas que parecen búfalo empedernido, eran la única razón por la cual pude vivir y respirar todos los días de mi vida (una cosa no incluye a la otra), y sus flágidos aunque espesos ronquidos eran la única razón por la que dormí y también respiré todas las noches.
¿Que será de mi sin su vos grave?, ¿quien sino ella encontrará en mi trémula habitación mis parpadeantes mocasines? ¿Que será de mi perro si ella no lo alimenta? ¿Como me alimentaré yo si ella siempre me cocinó? ¿Quien ordenará mi pieza?
Claro, tendré que contratar a una empleada, y eso es lo más complejo, la otra vez tuve que contratar a una secretaria para mi secretaria, quien por antonomasia ya había adquirido a otra en una tienda persa, y según ella misma, estaba a un precio módico. Que engorroso este burocrático procedimiento, todo el estante estaba repleto de papeles y el suelo también lo habíamos forrado con los mismos para darle un toque de profundidad.
Pero bueno, la ves que entreviste a una manada de yeguas para el cargo de secretaria que ya les conté, me di cuenta que las yeguas no hablan con humanos, por lo que hice un pequeño pedido de caifanes mesodérmicos, porque como es bien sabido, aquella tan escasa especie hace de todo, incluso el hacer hablar a yeguas, por un par de profilácticos.
- estoy segura que no me podrás dejar
- te apuesto mi vida a que tu dejarás de ser la mía - le respondí desafiantemente sin darme cuenta en el grave lío en que estaba metiéndome, ya que siempre estuve seguro de que sus nebrulas y autóctonas pestañas que parecen búfalo empedernido, eran la única razón por la cual pude vivir y respirar todos los días de mi vida (una cosa no incluye a la otra), y sus flágidos aunque espesos ronquidos eran la única razón por la que dormí y también respiré todas las noches.
¿Que será de mi sin su vos grave?, ¿quien sino ella encontrará en mi trémula habitación mis parpadeantes mocasines? ¿Que será de mi perro si ella no lo alimenta? ¿Como me alimentaré yo si ella siempre me cocinó? ¿Quien ordenará mi pieza?
Claro, tendré que contratar a una empleada, y eso es lo más complejo, la otra vez tuve que contratar a una secretaria para mi secretaria, quien por antonomasia ya había adquirido a otra en una tienda persa, y según ella misma, estaba a un precio módico. Que engorroso este burocrático procedimiento, todo el estante estaba repleto de papeles y el suelo también lo habíamos forrado con los mismos para darle un toque de profundidad.
Pero bueno, la ves que entreviste a una manada de yeguas para el cargo de secretaria que ya les conté, me di cuenta que las yeguas no hablan con humanos, por lo que hice un pequeño pedido de caifanes mesodérmicos, porque como es bien sabido, aquella tan escasa especie hace de todo, incluso el hacer hablar a yeguas, por un par de profilácticos.
1 comentario:
Mmmmm ... = estan buenos ... te felicito ... pero falto algo para que estuvieran excelentes ... ¡¡¡cómo no pusiste a un dinosaurio!!! o sea, con un dino la wea queda la raja ... o a lo menos, un hipo ... como el q la nata tiene en s cuaderno ... y bueno ... están bastante bien realizados ... sobre todo el del golpe ... con aquél me acordé de "un golpe de suerte, podria cambiar el tiempo perdido ... " de Lucho Jara ... Y bueno, nos vemos.
Publicar un comentario